viernes, 29 de julio de 2011

Again...

Hoy a caído una noticia como bomba en la oficina, mi compañera de oficina renuncia a su trabajo cuando estamos intentando rescatar el Titanic administrativo de las aguas profundas, y ahora la responsabilidad recaerá en mi.


"Si Bill, yo también pienso lo mismo"

¿Que tan correcto es renunciar de esa manera?

Renunciar de un día para otro.

Ni siquiera en los casos en que el trabajador decide de forma intempestiva renunciar al empleo pierde sus derechos, ni como ya se expuso, debe pagar multas o sanciones de ningún tipo.

Lo anterior no quiere decir que el trabajador no deba informar a su empresa su decisión de no prestarle más sus servicios, no porque sea sancionable no hacerlo, sino por el sentido de responsabilidad que debe caracterizar a toda persona.

Si un trabajador encuentra un mejor empleo, tiene todo el derecho a renunciar al actual, e inclusive hacerlo sin previo aviso, pero como mínimo debe tener la responsabilidad de notificar a su patrón para que éste pueda tomar las medidas del caso como es el conseguir un reemplazo, etc.

Abandonar el cargo o renunciar sin previo aviso es una conducta no muy loable que se debe evitar. Si bien no tiene ninguna consecuencia legal, sí puede tener consecuencias sociales, pues no debemos olvidar que en el futuro podemos necesitar referencias y recomendaciones de nuestros anteriores empleadores y lo mejor es procurar que estas sean excelentes, por tanto debemos actuar acorde con lo que esperamos de nuestros empleadores.

Fuente:http://www.gerencie.com/renunciar-al-trabajo-no-implica-perder-derechos-laborales.html

domingo, 10 de julio de 2011

Implementando la lectura

Muy buena propuesta la de librerías Gandhi, aunque quizás lo preocupante no sea tener tan bajo numero de lectores sino el numero de personas que no saben leer; y no me refiero a las que no tienen acceso a la educación.

¿Cuantos estudiantes de preparatoria o quizá universidad no pueden siquiera lograr una lectura fluida de un párrafo de libro de texto?


domingo, 3 de julio de 2011

Administrar nuestro tiempo

En momentos me siento tan desbordada de trabajo que he buscado la manera de aligerar la carga y en esa búsqueda encontré este libro de Alberto Pena; recién lo estoy comenzando a leer y ya estoy identificandome con uno de sus ejemplos, espero me sea de utilidad.


Un breve resumen de una situación:

"Dos personas de mi equipo de marketing me cortan el paso para comentarme una serie de problemas que ya han surgido.
Acabo de llegar y ya estamos cuesta arriba, pienso para mi, víctima del derrotismo que desde hace meses me acompaña a cada paso que doy.
Finalmente logro entrar a mi despacho, enciendo mi ordenador y empiezo por mi correo electrónico. El alma se me cae a los pies: cincuenta y pico mensajes nuevos.
Cuando empiezo a leerlos y contestarlos, un jefe de Producto de mi equipo irrumpe en mi despacho para explicarme un conflicto..."

Maldicion me suna tan familiar...